Ante la miraza azorada del público uruguayo que empezó a poblar el Palacio Peñarol para alentar el duelo entre Goes y Welcome, Flamengo debió batallar hasta el final para doblegar a un Libertad (86-98) que vino de punto y casi hace saltar la banca en Montevideo.
Porque los Tigres volvieron a respetar el libreto del viernes pasado ante los cordobeses: ofensivas ordenadas con una buena selección de tiros y una puntería afinada que los brazucas sufrieron en el arranque con una desventaja máxima que tocó las 15 unidades. La dupla Cangelossi – Saglietti, a la postre los goleadores de los aurinegros, fueron los principales responsables de asestarle asosmbrosos 29 puntos en 10′ a los cariocas que parecieron pagar un precio muy alto por la liviandad de su juego.
En el segundo período, el trámite se equilibró. Los perimetrales de Fla empezaron a hacer su tarea y con los cañonazos externos mantuvieron la producción brasilera. El argentino Balbi, la puntería infernal de Ramos y el oficio de Marquinhos le permitieron cerrar un parcial favorable de 20-18 aunque la grieta ante los argentinos se mantuvo e incluso fue superior a la decena de unidades promediando el cuarto, ya sin contar con la efectividad del primer capítulo pero con una producción sumamente distribuida que respondió en los momentos difíciles para irse al descanso largo por 8 arriba (47-39).
En el complemento, Flamengo pareció apretar el acelerador con un 0-9 que le posibilitó pasar por primera vez al frente (7’50»: 47-49). Libertad le costó 2’30» quebrar el cero pero pudo reponerse y a partir de ahí fue palo y palo. A pesar de sufrir un parcial negativo de 21-30 en este capítulo, se despidió por la mínima diferencia abajo: 68-69.
La paridad entre los protagonistas se mantuvo los primeros 7’30» del último período. Incluso el parcial marcaba un archiequilibrado 15-15 (83-84) restando 3»para el cierre. Pero Libertad entró en una depresión ofensiva que los dirigidos por Conti no le perdonaron: le aplicaron un lapidario 3-14 con Deryk Ramos como el mayor verdugo que les permitió a los cariocas cerrar con cierta comodidad el duelo, aunque la docena de distancia final (86-98) no fue un fiel reflejo de un cotejo sumamente equilibrado, donde los Tigres hicieron méritos para ahogar el festejo rojinegro.