Esta noche, Nicolás Copello se vistió de héroe en el estadio Ángel Malvicino al convertir los últimos 6 puntos consecutivos que le posibilitaron a los Tigres festejar el triunfo por 73 a 65 ante Unión de Santa Fe y mantener las chances de ser el número uno de la Conferencia Norte cuando resta una fecha para finalizar la Fase Regular. Este domingo tiene que ganar ante Talleres de Tafí Viejo en el Hogar de los Tigres y esperar que Hindú resigne un punto en el clásico de Resistencia.
Libertad solo estuvo en 2 pasajes liderando el tanteador: en los 5 minutos iniciales y en los 5 finales. Pero le bastó para ganar un duelo muy trabado, sumamente áspero y con escaso goleo ante un rival que fue de mayor a menor. Porque los dirigidos por Juan Francisco Ponce estuvieron muy sólidos defensivamente a partir de la segunda mitad del primer cuarto, luego de la ráfaga de Barovero con 9 casi consecutivos, y encontraron vías de gol claras a partir de la puntería de Isola (11) en los 10 iniciales y de Haag (9) en el segundo período. Con esa fórmula, al dueño de casa le bastó para estar siempre al frente ante un enemigo que tuvo a su goleador practicamente neutralizado hasta el último cuarto y dependió de los aportes con cuentagotas de los hombres internos y de la osadía de los hermanos Alonso que además le metieron mucha intensidad a la resistencia aurinegra.
En el complemento empezó a vislumbrarse un escenario que se intensificaría en la medida que transcurrían los minutos: el local iba pendiente abajo mientras Libertad empezaba a tomar un mejor color. Igualmente fue el período más tacaño con un raquítico 14-17 donde la visita hizo su negocio porque de la mano de Copello y un agónico triple de Landoni se despidió al descanso corto sufriendo la mínima diferencia.
En el período definitorio, Unión siguió teniendo una leve supremacía en el tanteador hasta los 4’45» cuando apareció la mano caliente de Augusto Alonso, el asesino silencioso, que con un tremendo triple lo eyectó a Libertad al frente (62-64). Precisamente el ceresino sería una las claves ofensivas del equipo de Saborido en el tramo final (aportó 8) junto a Barovero (6) que estuvo bien marcado pero que fue víctima también de la permisividad de los árbitros. Demostrando mayor oficio, los sunchalenses lograron estirar la ventaja a 5 antes del triple de Isola que los retrotrajo a un solo doble de diferencia cuando restaba 1’40». Hasta que apareció el protagonista de la película: el impertérrito Copello que convirtió una bandeja y falta para recuperar la media decena; y descerrajar un mortífero disparo desde los 6,25 cuando faltaban 36» que elevó la cuenta a 8, impactando de lleno en el corazón Tatengue que ya no tuvo energías para intentar reversión alguna.
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